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El pasado domingo 22 de octubre continuó la gira (que no campaña) de Claudia Sheinbaum por Baja California, como parte de los eventos (que no son de promoción) que realiza por todo el país. El evento sería uno más de no ser porque en la sede del evento en Ensenada se dejaron ver distintos actores políticos, sociales y empresariales. De manera particular llamó la presencia de Óscar Vega Marín, quien fuera miembro del PAN en Baja California por treinta años y servidor público municipal, estatal y federal. En 2019 fue el candidato a gobernador de Acción Nacional, y en 2022 renunció a su militancia. Su caso de manera particular llamó la atención porque con senda fotografía anunció su adhesión al “proyecto” de la gobernadora Marina del Pilar Ávila, quien se ha caracterizado por encabezar una administración ausente, banal y superficial. Y lo primero que me pregunté fue: ¿cuál proyecto? ¿la frivolidad con la que ella se conduce?
Por supuesto, no es ninguna sorpresa que este régimen salga con la chequera de huesos a comprar conciencias, lo que me llama a la reflexión es tratar de comprender cuánto miedo deben tener las personas, pues llegar a ser capaces de traicionarse a sí mismos porque no tienen otro modo de vivir que no sea la nómina. Hace 10 años estuve en un evento en Mexicali presentando un libro de mi autoría y el entonces ex gobernador Eugenio Elorduy Walther –recientemente fallecido- dijo entre sus comentarios uno que me pareció muy contundente: “los ciudadanos debemos estar dispuestos a participar en política, no importa si es en la nómina o fuera de la nómina” y remató: “hay que tener cuidado con la concupiscencia por el poder”. Y Justamente pensando en ello le comparto esta reflexión sobre el miedo y los efectos que puede tener en una persona tanto como para paralizarlo.
Así como el caso de Vega Marín fue el de la regidora Brenda Valenzuela, postulada por Acción Nacional, y quien también anunció su adhesión al “proyecto” de Claudia Sheinbaum. Y también otros notables empresarios de la entidad, y la reflexión es la misma: ¿qué lleva a un individuo a permitir a otro que lo compre, que compre su conciencia y su voluntad?
Es decir, le dieron el poder a alguien más para comprar sus trayectorias, sus ideas, sus creencias. Permitieron que alguien más les doblara y, en especial con Óscar Vega Marin, lo hacen tragarse todas sus palabras y críticas pues hace algún tiempo en un aeropuerto se encaró con Gerardo Fernández Noroña y con el presidente Andrés López. ¿Cuál es la excusa para doblarse ahora y volverse un converso político?
En ese sentido, y parafraseando el Evangelio de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, a ambos personajes políticos se les dio lo que les correspondía; terminar sus carreras políticas como conversos (en los que nadie creerá) y con unas cuantas monedas de plata en sus manos para matar su hambre y el dolor (esto último en parafraseo a Manuel Gómez Morín en su ensayo 1915).
Qué tiempos tan peculiares estamos viviendo. Es la hora de ser valientes y de derrotar al miedo. ¿Usted se atreverá o permitirá que lo doblen?