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En un resultado que estaba más o menos cantado en torno a la probación del Paquete Económico 2022, la mayoría legislativa integrada por Morena, el PT y el Verde aplicaron un mayoriteo en la Cámara de Diputados. Con la orden presidencial de no cambiar una coma, el proceso legislativo (es un decir) se prolongó varios días y la madrugada del sábado incluyó mañanitas al presidente y cantos y coros propios de sectas. Sin embargo, de la discusión legislativa en torno al presupuesto no hubo nada, no hubo espacio, ni hubo intención de escuchar a todas las voces a pesar de las 1,994 reservas presentadas.
Va un ejemplo muy concreto y sencillo. El diputado Ignacio Loyola, por el III Distrito de Querétaro, presentó una reserva solicitando un monto de 37 millones para apoyar a la Universidad Autónoma de Querétaro, en donde se desarrolla investigación para patentar una vacuna para COVID19. Cualquiera pensaría que era una buena idea apoyarla ¿no? Bien, la propuesta recibió 0 pesos.
Hay que decir que una parte de la culpa de este desastre es de la oposición, porque desde septiembre tuvieron el documento y no lo abrieron a la sociedad, ni tampoco presentaron una propuesta al respecto. No, simplemente se limitaron a esperar como en la crónica de una muerte anunciada.
Ahora bien, no me malinterprete, por supuesto que el partido o coalición que tiene la mayoría tiene un mandato implícito dado en las urnas. Sin embargo, en un régimen democrático se esperaría un mínimo de decencia política e incorporar en alguna medida en la decisión a los opositores. Todo esto es nocivo para la democracia porque gobernadores y alcaldes quedan a merced de la voluntad presidencial, los relega e inutiliza. En el fondo significa la degradación de lo público.
Y como colofón al ritual, el presidente se reunió en Palacio Nacional con los legisladores de Morena, el PT y el Verde para reconocerles la votación del PEF2022, y entre la zalamería del diputado Ignacio Mier prometiendo la aprobación de #reversaeléctrica o la frase del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, se descubre al régimen en todo su esplendor hiperpresidencialista: “esta es su mayoría legislativa, Presidente”.
En resumidas cuentas, tenemos a actores que estuvieron décadas en el PRI (Andrés y Adán López y Bartlett están ahí para probarlo) que venden una supuesta transformación pero que en los hechos no es otra cosa que la restauración de las viejas formas del PRI de los años dorados del siglo XX. ¿No tenían las nuevas generaciones una referencia de la vieja cultura presidencialista? La acaban de ver en vivo y a todo color.
Un apunte final: el año que entra cuando su alcalde no tenga ni para una escoba y esté esperando que la voluntad del presidente le tire con algunos recursos, acuérdese cómo y quienes votaron por mayoriteo el presupuesto federal. Y acuérdese también que usted y yo debemos responsabilizarnos de nuestros legisladores, porque a quienes deben responder es a nosotros, no a la voluntad presidencial… claro, si es que aspiramos a algo mejor no vaya a ser que estemos todos simulando.
