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Para esta ocasión le quiero compartir un recuento de los últimos 30 años en Tijuana, enfocándome de manera particular en el tema de las decisiones de distintos gobiernos municipales. Hacia 1992, Héctor Osuna (alcalde por el PAN) se enfocó en crear el Plan de Activación Urbana, y a través de una consulta preguntarle a los tijuanenses si estaban dispuestos a pagar un impuesto para financiar una serie de obras de infraestructura urbana con el propósito de “poner al día” a una ciudad con un creciente empuje demográfico y económico. José Guadalupe Osuna Millán, a partir de 1995 alcalde por el PAN, amplió algunos bulevares en la ciudad. Desde 1998, Francisco Vega de Lamadrid poco hizo en cuanto al tema de desarrollo urbano. Jesús González Reyes, alcalde panista entre 2001 y 2004, se enfocó hacia el final de su periodo en introducir taxis libres e iniciar los trabajos para un sistema de transporte masivo con carril exclusivo. Jorge Hank Rhon, a partir de 2004 alcalde priísta, retrocedió el avance de González Reyes se hizo su propio sistema de transporte colectivo llamado Ruta Teexti.
Jorge Ramos, alcalde panista en 2007, se enfocó en pavimentar con concreto las avenidas más importantes de la ciudad, lo cual ayudó a mejorar la circulación. En 2010, Carlos Bustamante –por el PRI, poco o nada hizo al respecto. Jorge Astiazarán a partir de 2013, alcalde priísta, impulsó de manera decidida la instalación del Sistema Integral de Transporte de Tijuana. Se realizaron una serie de acciones para construir y habilitar estaciones, se reservó un carril en las principales vialidades de la ciudad a fin de facilitar la circulación de camiones, se construyeron puentes peatonales, etc. El proyecto del SITT pretendía dotar a la ciudad de un sistema de transportes colectivo masivo eficiente.
Tras el gran esfuerzo del alcalde Jorge Astiazarán, llegó a la presidencia municipal de Tijuana Juan Manuel Gastélum –por el PAN en 2016- y dados sus compromisos de campaña con los sindicatos transportistas no dio continuidad al proyecto y muchas obras hoy están a medias, las estaciones de subida y bajada están vandalizadas. Luego llegó Arturo González Cruz, por MORENA, y estuvo más preocupado por ser candidato a gobernador en 2021 y en pelear con el gobernador Bonilla. Su suplente, Karla Ruiz McFarland apenas estuvo unos meses –como alcaldesa sustituta- y poco o nada pudo hacer. A partir de 2021, los tijuanenses eligieron a Montserrat Caballero Ramírez, por MORENA, para encabezar el Ayuntamiento y en unos meses ha demostrado su falta de visión de largo plazo, su poco oficio y experiencia en los temas municipales. Y más lo deja ver cuando ante el evidente problema de circulación ha tomado la decisión de cancelar el contrato que respalda el SITT y liberar el carril exclusivo.
¿Qué significa esto? Multas para el Ayuntamiento por la cancelación, el cese de las actividades del sistema SITT y que el congestionamiento continuará. Creo que lo que hemos visto en Tijuana es -que sin importar el color partidista- es vital que para fortalecer los gobiernos locales los ciudadanos nos involucremos de lleno en los procesos internos de los partidos políticos a fin de evitar que alcaldes lleguen con las manos atadas por compromisos que poco o nada tienen que ver con el futuro de las ciudades o elegir a inexpertos. De modo que a los tijuanenses nos tocará pagar esta nueva ocurrencia y deshacernos de un sistema que funcionaba poco y funcionaba mal por la evidente falta de voluntad política.
¿Entonces verdad que sí importa a quien elegimos como autoridad en nuestro municipio?
