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El hartazgo de la ciudadanía ante los ataques del régimen en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, llegó el domingo 28 de mayo a un punto de no retorno; ese día, una marcha convocada vía redes sociales congregó a miles de individuos que se reconocieron e identificaron, y marcharon hasta la sede del máximo tribunal de México con un solo mensaje: la Corte no se toca.
Ahí, frente a la SCJN, los ciudadanos de la marcha desmontaron un plantón grosero y torpe que durante, dos meses, se dedicó a ofender por consigna a las y los ministros, con la complacencia de la supuesta autoridad de la CDMX. Después, los ciudadanos pusieron en fuga a los porros que lo conformaban, que ya no parecieron tan pendencieros como hasta el día previo, y luego retiraron las mantas y cartulinas ofensivas que habían sido colocadas en la fachada del edificio. Todo, incluido el derribo del plantón, en completo orden.
Este acto es un claro “¡Ya basta!” desde la ciudadanía hacia el régimen y, por extensión, a todos los partidos políticos y sus personajes; se acabó lo que se regalaba; no more Mr. Nice Guy, como dicen los gringos… la sociedad mexicana (la que trabaja e insiste en cumplir la ley, la que paga impuestos, la que respeta los semáforos) ya no está dispuesta a ver cómo unos pocos, parásitos y gandallas, destruyen el bienestar y las instituciones que hemos construido a lo largo de 35 años en este país. Ya no.
A partir de ayer, domingo, todos los políticos de México tienen una variable nueva en sus mesas de trabajo: la sociedad, aletargada durante dos décadas, retomó los temas cívicos más allá del acto de opinar y votar; como en 1986, y en múltiples ocasiones hasta la primera alternancia federal en 2000, ayer los ciudadanos de este país, en la ciudad de México y 25 ciudades más, se expresaron en forma contundente y su mensaje es claro: se van a movilizar para defender lo que aún no destruyen el supuesto presidente López y su pandilla de incapaces, y de ser necesario van a recurrir a la violencia ordenada y autocontenida, pero suficiente, para impedir que nuestra joven democracia, imperfecta pero real, sea liquidada.
Que el partido a cargo del gobierno federal y sus opositores tomen nota: la Corte no se toca; el INE no se toca; el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tampoco se toca… más los que se acumulen.
Y si alguien insistiera en tocarlos que prepare su ruta de escape, porque las calles ya las retomaron los ciudadanos, y no van a dejar pasar una sola hijaputez más: ya comprobaron que son suficientes para remover al régimen, midieron al que cobra como presidente y lo descubrieron muy pequeñito.
Por lo pronto, el próximo domingo habrá elecciones en Coahuila y Edomex… usted que me lee, ¡prepárese! Si usted tiene un teléfono móvil con internet, si cuenta con algunos contactos en WhatsApp o Telegram, o si utiliza alguna red social, tiene mucho por hacer, aun cuando no viva en esos estados: la batalla definitiva por México está por comenzar, y las mujeres y hombres libres ya nos vimos, nos identificamos, y nos organizamos… ¡vamos a ganar!
