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Seguramente ha visto usted la película Batman vs Superman del año 2016. Hay una escena donde el héroe de Gótica le pregunta al hombre de acero si sangra, a propósito de su rivalidad. Bien, pues ese diálogo me lleva a invitarlo a reflexionar en torno a lo siguiente: si quita usted todo el ruido que han introducido los actores de este desgobierno fallido en la conversación pública y en redes sociales desde el pasado domingo en la noche -cuando el presidente Andrés López y sus aliados perdieron la votación en torno a la reforma eléctrica- se dará cuenta están sangrando, y eso sucede porque los ciudadanos -utilizando las redes sociales- le han dado una primera estocada. Por supuesto, los partidos políticos de oposición aprovecharon la oportunidad y de manera muy particular el PRI.
Le quiero dar un ejemplo para que dimensione lo que se cumplió el domingo. La derrota que le asestamos a este desgobierno el domingo pasado, la podemos comparar con el resultado de la elección intermedia de 1997 cuando el PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados por primera vez en su historia. Por eso es que han estado más ruidosos que nunca, para ocultar el tamaño de la derrota sufrida.
Y para ser más preciso este gobierno sangra justo donde le duele más al tirano: en su ego. Para el presidente Andrés López es inconcebible desde su visión del mundo, estrecha y premoderna, aceptar una derrota en un sistema democrático. Sin embargo, eso no es lo más peligroso, en realidad el gran riesgo es el esfuerzo que hacen por ensuciar la conversación, por distraernos de lo importante, y nos podemos dar cuenta de que inventar algo nuevo para contaminar el diálogo cada vez les es más complicado. Vamos, esta campaña de linchamiento desatada contra los diputados de la oposición es un signo inequívoco que estamos frente a un gobierno que ejerce el autoritarismo y el fascismo como piedra angular. Y claro, hablar de traición y vendepatrias, equiparar a la oposición con los conservadores del siglo XIX y demás tonterías, nos dejan ver que el Presidente vive en el pasado cuando este país necesita un presidente que se ubique en el presente y piense en hacer su tarea para contribuir al futuro.
La absurda obsesión presidencial de aparecer en los libros de texto, es muestra clara de que los libros de historia de la SEP le hicieron mucho daño y le han causado un trauma que conduce al todavía presidente a “nacionalizar” el litio e inventar la creación de una agencia de gobierno que lo explote para “beneficio del pueblo”. Seamos francos ¿En verdad a estas alturas no nos hemos dado cuenta de la desgracia que significan las empresas paraestatales para la economía nacional? Es más, ya declaró el Presidente que aunque no tenemos la tecnología y los recursos para aprovechar el litio “ya logramos que pertenezca al pueblo”. Una y otra vez insisten en la idea del “pueblo” para dividir entre buenos y malos, para justificar la polarización. Lo que es cierto es que el domingo vimos que esta supuesta leyenda de que Andrés López es un gran ajedrecista no existe, ni es tampoco el gran operador político. Es apenas un hombre taimado, chantajista, y que vive de repetir un cúmulo de lugares comunes, envueltos en un populismo simplón y de baja ralea.
En mi primera columna del año pasado aquí en el espacio de DonVix, justo me referí a que el primer paso que debíamos dar era ejercer la ciudadanía. Bien, el domingo de resurrección ya dimos ese paso. Es la hora de que capturemos permanentemente a los partidos políticos y utilizarlos para construir una auténtica república de ciudadanos. Ya luego nos preocupamos por construir Finlandia, trabajemos con lo que tenemos. Ya lo pudimos demostrar, no dejemos de luchar e insistir.