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Vivimos días complicados, estamos atravesando momentos definitorios para el futuro de este país. Estamos frente a un gobierno que ya se acabó. Los famosos 30 millones de votos se han desvanecidos y han quedado reducidos prácticamente a cenizas desde las elecciones de junio y la supuesta consulta para juzgar a los expresidentes. Hay un pleito abierto contra todos: la academia, la sociedad civil, los organismos internacionales, la ciencia, usted dígame quién falta.

Se acaban los pretextos para ocultar el desastre y todo se reduce a mantener la burbuja en la conferencia matutina del presidente. Es claro que quien cobra como titular del ejecutivo federal no pudo, no puede y  -lo peor- ya no va a poder.  

Porque a este remedo de gobierno le importa más un tweet que lo exhibe en toda su miseria, que gobernar para todos (les asusta un llamado a documentar el daño). Le interesa más encasillarnos en su mundo pequeño que en dirigir al país hacia un futuro de avanzada.  Haga un ejercicio sencillo, ¿Cuántas veces ha escuchado a los funcionarios (es un decir) de este gobierno hablar de ciencia, tecnología, innovación, globalización, comercio internacional, de mejora, de avance? Todo el discurso se restringe a la retórica de buenos vs malos, y de acusar al “neoliberalismo” de todos los males.

En contraste, imagínese lo que sucedería sin entre todos comenzáramos a capturar la discusión pública, comenzar a decir lo que queremos y necesitamos. Decir a qué aspiramos.

Continuar en el populismo que propone este régimen es seguir enfrascados en la eterna polarización, por ello es indispensable  que los ciudadanos y la sociedad deben irse por enfrente. Debemos abandonar esa noción de esperar un gobierno que nos saque del problema, nadie nos va a sacar del atolladero, esa es una tarea suya y mía.

Ya las élites políticas (todas) están pensando en el 2024 y más adelante. Ya andan en redes sociales circulando “encuestas” para ver “por quién votar”. Y si, no deja de ser un juego interesante pero no es suficiente. Y se lo diré claro: no es suficiente porque el problema en el que estamos metidos todos no se va a arreglar nomás eligiendo, sino construyendo desde ahora el México del futuro.   Ahora bien ¿esto quiere decir que los partidos no sirven? En su estado actual no nos sirven, no nos son útiles. Lo serán en la medida en que usted y yo tomemos la batuta y les indiquemos la ruta. ¿Quién mejor que usted y yo para saber y explicar lo que este país necesita en el norte, en el sur, en el este y el oeste?

En resumidas cuentas, este país es mucho más grande que quienes detentan el poder en este momento. De este gobierno y de la oposición ya no podemos esperar gran cosa, el primero porque propone un mundo pequeño y el segundo porque no propone gran cosa sino “regresar a 2018”. Ya va siendo hora de que lo entendamos y atendamos la tarea que nos toca. Comencemos a avanzar, y dejar atrás este mundo aislado, pequeño y de baja ralea que nos quieren imponer.

¿O será que en el fondo preferimos ese y no queremos fatigarnos en luchar por un mundo mejor?